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TOC: Pensamientos intrusivos y pensamientos obsesivos

TOC: Pensamientos intrusivos y pensamientos obsesivos

Aunque todos podemos experimentar pensamientos intrusivos, la aparición de los mismos no afecta a todas las personas por igual. En este artículo, exploramos el funcionamiento de los pensamientos intrusivos y las diferentes maneras en que pueden afectarnos.

Pensamientos intrusivos y pensamientos obsesivos

¿Qué son los pensamientos obsesivos, y los pensamientos intrusivos?

Los pensamientos intrusivos son pensamientos indeseados e inaceptables que parecen aparecer en nuestra mente de manera súbita. Las obsesiones pueden ser pensamientos verbales, pero también pueden ser imágenes, impulsos (como si uno quisiera hacer algo), o sensación de duda.

La característica distintiva de los pensamientos obsesivos es que, además de cumplir con las características de los pensamientos intrusivos, también son altamente repetitivos y la persona los experimenta con frecuencia. Pueden aparecer muchas veces en un mismo día, estar presente la mayoría de los días, y cuando aparecen, la persona puede encontrarse en un bucle de pensamiento y comportamiento que puede llegar a durar horas. Tal es el caso del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

Algunos ejemplos fácilmente reconocibles de pensamientos intrusivos (pero no obsesivos) pueden ser: Canciones que suenan en nuestra mente todo el día sin importar que estemos haciendo, o, por ejemplo, al estar caminando por la calle muchas personas experimentan recuerdos azarozos (fragmentos de conversaciones, imágenes, etc) sin un motivo claro, o imaginan escenarios sin sentido que se cruzan por su mente.

En estos ejemplos, hablamos sobre pensamientos intrusivos neutrales. También pueden existir intrusiones que inducen un estado positivo ("Soñar despierto, imaginar escenarios placenteros de manera automática sin pensarlos activamente, etc) o negativos ("Pensamientos sobre recordar un momento vergonzoso, o preocuparse por algo futuro, etc").

A diferencia de los pensamientos intrusivos que pueden aparecer y desaparecer de nuestra mente, los pensamientos obsesivos suelen ser experimentados como repugnantes, peligrosos, inmorales o inaceptables, y, por lo tanto, resultan difíciles de desestimar o ignorar. Los pensamientos obsesivos, por lo tanto, parecen resaltar entre otros tipos de pensamientos porque resultan ajenos a nuestra identidad, a nuestro sistema de valores y creencias, es decir, son egodistónicos. Son diferentes al tipo de pensamientos que solemos pensar cotidianamente, ya que no elegimos pensarlos voluntariamente, ni estamos de acuerdo con su contenido (Aunque frecuentemente las personas con TOC temen que estos pensamientos revelen alguna terrible verdad sobre ellos mismos).

¿Son comunes los pensamientos intrsuivos?

Muchas personas pueden haber tenido pensamientos intrusivos desagradables, pero no haber estado particularmente preocupados por ellos y ciertamente no tener TOC.

De hecho, todos tenemos pensamientos intrusivos.

Por lo general, las personas se sorprenden al enterarse que todos tienen todo tipo de pensamiento intrusivos - Inclusive los desagradables: Pensamientos sobre herir personas o de que algo les podría ocurrir, imágenes de violencia, impulsos de chequear cosas, dudas sobre si hicieron o no algo, e impulsos a hacer algo que consideran “terrible”. Para la mayoría de las personas, estos pensamientos aparecen y desaparecen sin causar el nivel de malestar experimentado en el TOC.

Por ejemplo: Sofía visita a su amiga María, quien recientemente ha tenido un hijo. María le entrega a su bebé para que Sofía lo sostenga en brazos. En ese momento, Sofía tiene el pensamiento intrusivo “Podría soltarlo, y el bebé podría morir”. Sofía entonces se asegura de abrazar al bebé con suma firmeza, y, al poco tiempo, se olvida de aquel pensamiento intrusivo y no recuerda haberlo tenido. Nunca vuelve a pensar sobre ello.

La noción de que los “pensamientos intrusivos” son ocurrencias cotidianas está respaldada por investigaciones realizadas a finales de los 1970s y los 1980s, que investigaron si había diferencias entre los pensamientos de personas con TOC y los pensamientos intrusivos experimentados por personas sin TOC. Hallaron que el contenido de pensamientos intrusivos fugaces que experimentaban las personas sin TOC era sorprendentemente similar a los pensamientos de personas con TOC (impulsos de herir y abusar a otros, imágenes de seres queridos heridos, y pensamientos de que las cosas podrían salir mal o estaban mal).

En estas investigaciones, se presentaron a expertos en salud mental registros de pensamientos intrusivos experimentados por personas con y sin TOC, y se les pidió que distinguieran qué registros pertenecen a cada grupo de personas (con o sin TOC). No fueron capaces de distinguir de a qué grupo de personas pertenecían los pensamientos intrusivos registrados (Rachman, S. & De Silva, P. (1978).

¿Qué diferencia pensamientos intrusivos de pensamientos obsesivos?

Una diferencia importante entre pensamientos intrusivos (que pueden aparecer y desaparecer con facilidad) y pensamientos obsesivos (que pueden aparecer de manera muy repetitiva y causar malestar) no yace en el CONTENIDO de los pensamientos, sino en la INTERPRETACIÓN que un individuo realiza sobre la aparición de los propios pensamientos.

Aunque experimentar pensamientos intrusivos de contenido negativo o desagradable es normal, claramente algunas personas están más perturbados por su aparición que otras.

Tiene sentido entonces, que aquellas personas más afectadas quisieran dejar de pensar en sus pensamientos intrusivos completamente. Es entendible pensar que si tan solo el pensamiento no apareciera, o lo pudiéramos bloquear de alguna manera, entonces el problema estaría resuelto.

Esto puede parecer una idea atractiva, pero no es una solución realista. Hace años ya se sabe que mientras más intentamos deshacernos de un pensamiento, más afectados estaremos por el mísmo.

¿Por qué existen los pensamientos intrusivos?

Nuestro cerebro funciona como una compleja y eficiente máquina encargada de solucionar una gran variedad de problemas inesperados en diferentes situaciones. En situaciones inesperadas e impredecibles, resulta muy útil poder adaptarnos de manera flexible y poder encontrar soluciones de manera veloz. Probablemente por esta razón, nuestro cerebro tiende a interrumpir lo que sea que estemos pensando con múltiples ideas que tal vez podrían ser relevantes para la situación actual. Eso es exáctamente lo que son los pensamientos intrusivos: un conjunto de ideas que pueden aparecer en nuestra mente, especialmente en momentos emocionales e importantes.

Cuando parece que estamos en peligro, nuestra mente velozmente nos sugiere tantas opciones como sea posible (correr, pelear, saltar, trepar un árbol, gritar, no hacer nada, etc). La gran mayoría de estas ideas son irrelevantes, inefectivas y peligrosas, pero el punto es que nuestra mente genera tantas como puede tan rápido como puede. Es entonces trabajo de nuestra parte racional elegir la manera de responder. Podemos pensar los pensamientos intrusivos inútiles, de contenido alarmante, como un producto derivado de nuestra capacidad de encontrar soluciones novedosas ante problemas.

Además, ¡Muchas veces los pensamientos intrusivos cotidianos son útiles! Podemos estar muy concentrados en nuestro trabajo, cuando de repente recordamos (Pensamiento Intrusivo) que debíamos buscar a nuestros hijos por la escuela hace una hora, o que hoy es el cumpleaños de un amigo que aún no saludamos. También, un recuerdo pasado de una situación agradable puede súbitamente “aparecer” y traernos recuerdos placenteros. Todos son ejemplos de pensamientos intrusivos.

En el ejemplo de Sofía, su pensamiento intrusivo fue de utilidad para prevenir un posible peligro real (soltar al bebé), y hacer algo para evitarlo (tomarlo con firmeza). Podemos especular que otros pensamientos similares (imágenes de accidentes fatales, tragedias, actos sexuales, etc) también podrían ser útiles en ciertos contextos para ampliar nuestra visión de posibilidades y elegir cómo responder ante el contexto.

Nuestros PI suelen no ser lineales, ordenados o controlados, y esto es algo positivo. Imaginemos cómo sería la vida si tuviéramos que planificar cada cosa que pensáramos (si eso fuera posible). No habría espacio para la creatividad, ni inspiración, ni espontaneidad. Por estos motivos, eliminar los PI no es un objetivo realista, ni deseable.

¿Por qué los pensamientos obsesivos se repíten, una y otra vez?

No podemos controlar nuestros pensamientos intrusivos, pero sí está enteramente dentro de nuestro control el elegir responder o no responder ante ellos, de la manera que creamos mejor. Aquellos pensamientos que nos lleven a actuar, y a hacer cosas, tenderán a permanecer en nuestra mente por más tiempo y a volver nuevamente más tarde.

Desafortunadamente, esto incluye los pensamientos que intentamos eliminar: Al hacer cosas para eliminarlos, o para defendernos de los mismos (chequear, lavar las manos, evitar algo), nuestros propios actos de defensa de los pensamientos intrusivos nos mantienen preocupados por los mismos. Cuando las obsesiones (y luchar contra ellas) ocupan tanto nuestra atención, podemos prestar muy poca atención a otros pensamientos que también tenemos. Podemos haber dejado de pensar en otro temas más placenteros que antes ocupaban nuestros pensamientos. Nuestras propias respuestas causan que los pensamientos intrusivos se mantengan en el tiempo e intensifiquen.

Ejemplo: Samantha está hablando con su amiga Agustina, sentada junto a ella. Experimenta el pensamiento intrusivos “Podría besarla”. Samantha se angustia mucho por este pensamiento intrusivo, se aleja de su amiga, y al poco tiempo se retira a su casa. Pasa mucho tiempo preguntándose por qué tuvo ese pensamiento, comienza a cuestionar e intentar comprobar su sexualidad, habiéndose siempre percibido como heterosexual. Evita cruzarse a su amiga Agustina, y, con el tiempo, comienza a tener pensamientos intrusivos homosexuales en diferentes contextos. Estos pensamientos le producen mucha angustia, aunque duda sobre si será angustia o excitación. Recurre a comprobar su propia respuesta sexual, intentando comprobar si siente angustia o excitación, sin llegar a una respuesta clara que dure más de unas horas tiempo. Mientras más intenta comprobarlo, más vuelve a experimentar pensamientos intrusivos obsesivos, y a realizar sus compulsiones para neutralizar el malestar. Samantha ha desarrollado un TOC mantenido por sus respuestas (chequeos, evitación, discusión cognitiva, etc) ante los pensamientos intrusivos.

¿Por qué algunas personas responden de manera diferente a otras frente a pensamientos intrusivos?

Teoría cognitiva:

Para responder esta pregunta, primero repasemos los fundamentos de la teoría de Terapia Cognitiva. Según lo desarrollado por Aaron Beck, los fundamentos de la terapia cognitiva establecen que las personas no se enojan, entristecen, angustian o sienten ansiedad por los hechos que ocurren, sino por los pensamientos acerca de esos hechos, lo que ellos creen que significan y la manera en que los interpretaron.

Por ejemplo, imaginemos que estuviéramos solos a la noche en nuestro hogar y escuchamos un ruido en otra habitación. Si pensáramos que es un intruso, seguramente sentiríamos miedo. Sin embargo, sí luego escuchamos otro sonido “miau!”, podríamos sentirnos aliviados al pensar que es un gato. Este ejemplo sirve para ilustrar no solamente que nuestros pensamientos pueden generar ansiedad excesiva, sino también que modificar nuestros pensamientos (al averiguar lo que realmente estaba ocurriendo en la situación) nos ayuda a sentirnos diferente.

También, la teoría sugiere que las creencias personales tienen el efecto de modificar cómo una persona experimenta los hechos. Por ejemplo, una persona que cree que las personas son egoístas y poco confiables puede encontrarse a la espera de que cosas malas ocurran y desconfiar de las personas, y no notar cuando ocurren cosas positivas o las personas resulten ser confiables o colaboradoras.

Cuando aplicamos esta teoría al TOC, el evento gatillante que despierta una respuesta emocional no es algo concreto en el mundo externo, sino un evento interno, el propio pensamiento intrusivo/impulso/duda/imagen.

Sabemos que los PI son muy comunes, por lo tanto la diferencia entre alguien que es perturbado por un pensamiento y alguien que no lo es yace en lo que INTERPRETAN del hecho de haber tenido ese pensamiento. Esta “valoración” o interpretación  acerca de qué significa haber tenido este pensamiento (ej: “Haber tenido este pensamiento significa que soy una mala persona”), es lo que determina cuán afectado estaremos por este evento interno.

Es importante notar que no es el caso que los pensamientos intrusivos jamás perturben a personas sin TOC. Ej: la imagen mental de un ser querido siendo herido, o una duda sobre si cerramos o no la llave de gas, será experimentada como incomoda hasta algún punto por la mayoría de las personas.

Sin embargo, la mayoría consideraría estos pensamientos cómo “uno de esos pensamientos raros que a veces aparecen” y no pasarían tiempo pensando sobre por qué tuvieron ese pensamiento, ni consideran el haber tenido estos pensamientos como una señal de que deben actuar inmediatamente para prevenir que algo ocurra. Cuando alguien tiene TOC, tener el pensamiento en sí mismo es interpretado como algo particularmente significativo y es esta significación la que impulsa la respuesta emocional y motiva la necesidad de hacer algo (respuesta conductual).

El significado de los PI es único para cada persona. En general, el significado suele estar relacionado con algo negativo o peligroso sobre la persona en sí misma o el mundo en general y es esta creencia la que causa ansiedad. El significado suele estar relacionado también con los valores de la persona, y es el significado personal que uno le otorga a la aparición de estos pensamientos lo que causa que genere tanto malestar, y que los pensamientos sean tan difíciles de desestimar y recurrentes. Algunas creencias comunes que generan malestar son:

  • Creer que soy una mala persona por haber experimentado el pensamiento
  • creer que si lo pienso significa que es probable que lo pensado realmente ocurra (pensamiento mágico)
  • creer que si pienso en hacer algo significa que yo podría realmente actuar de esa manera, y por lo tanto debo evitarlo (Fusión pensamiento-acción)
  • creer que los pensamientos se deben a un significado oculto que dice algo muy importante sobre quien soy yo realmente.

¿Cuál es el rol de la psicoterapia?

En este contexto, muchas terapias no basadas en evidencia sostienen mitos iatrogénicos para el abordaje de TOC que potencian estas creencias desadaptativas, incentivando al paciente a buscar significados sobre sus propios pensamientos, incentivando al paciente a interpretarlos en sesión, y fomentando la rumiación y causando que los pensamientos intrusivos tomen un papel aún más protagónico en sus vidas. Incluso peor, se brinda explicaciones pseudocientíficas al paciente para alimentar la creencia de significados profundos, tal como motivaciones inconscientes, conflictos intrapsíquicos, pulsiones o libido reprimida, todos conceptos carentes de validez científica.

Por este motivo, es importante que el TOC sea tratado por tratamientos basados en evidencia, que hayan demostrado su efectividad, y que no sean iatrogénicos. El tratamiento recomendado para TOC es el de ERP, exposición y prevención de respuesta, dentro de un abordaje Cognitivo Conductual.

Aunque todos podemos experimentar pensamientos intrusivos, la aparición de los mismos no afecta a todas las personas por igual. En este artículo, exploramos el funcionamiento de los pensamientos intrusivos y las diferentes maneras en que pueden afectarnos.

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